lunes, 28 de octubre de 2019

La dakini, “la que vuela por el cielo”, “”la que es poderosa”.
No reside en ninguna parte, pero continuamente aparece en las experiencias del practicante como emblema del espacio.
Tiene habilidad para cambiar de forma y aparecer y desaparecer a voluntad. Para todo practicante budista, ya sea masculino o femenino, el encuentro con la dakini es importante.
Representa los aspectos más íntimos del camino espiritual. Es la naturaleza fundamental de la mente.
Aparece en forma visionaria tanto a yoghis como yoguinis en puntos clave de sus trayectorias espirituales, en momentos de crisis o difíciles de abordar.
Juega un poderoso papel en las trayectorias espirituales de yoghis laicos, yoguinis y tertön.

La Dakini de Sabiduría está plenamente despierta y actúa para despertar a los demás.
Es la esencia de la mente iluminada más allá de cualquier concepto de género.
Es la protectora suprema de las enseñanzas, una gurú tántrica, una buda con su glorioso séquito.
La mirada penetrante sin parpadeo que ve los fenómenos exactamente tal como son.
Verla depende de la profundidad de la realización del practicante y de las circunstancias particulares de su manifestación.
Tiene tres ojos, el tercero de ellos situado verticalmente en su frente. Con su mirada, dotada de tres ojos, percibe el espacio puro libre de obstrucciones, la vacuidad carente de límites.
Cuando se la percibe con claridad, su poder es muy preciso, penetrante e incluso amenazador en su naturaleza directa.
Este poder proviene de la sabiduría. Y su ferocidad no es emocional, sino que es la energía aguda del estado despierto.
El tantrica se queda fascinado por ella en cualquier forma que adopte. Sin sus dones, su consejo y su bendición las puertas de la sabiduría no pueden abrirse nunca para el practicante vajrayana.
https://mujeresabias.wordpress.com/

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